EDITORIAL
El poder de la psicología positiva en los programas de impacto social

 
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EDITORIAL
El poder de la psicología positiva en los programas de impacto social

William Yip, Director, Ximalaya Drama/Theatre & Education Innovation Institute

03-05-2025
William Yip.

En el mundo de la educación artística, a menudo hablamos de la importancia de crear experiencias atractivas y transformadoras para los jóvenes. Sin embargo, el reto consiste en garantizar que estas experiencias conduzcan a un cambio positivo duradero. ¿Cómo pueden los artistas docentes no sólo fomentar la creatividad, sino también ayudar a los alumnos a crecer emocional y socialmente? La respuesta puede estar en la psicología positiva, un campo dedicado a mejorar el bienestar y el potencial humanos.

Al integrar los principios de la psicología positiva en la educación artística, los artistas docentes pueden ayudar a cultivar un compromiso más profundo, la motivación intrínseca y el crecimiento personal de sus alumnos. La investigación sugiere que el aprendizaje basado en las artes puede mejorar significativamente las habilidades socioemocionales y la resiliencia. Reconociendo esto, los artistas educadores pueden desempeñar un papel fundamental en la capacitación de los estudiantes más allá del aula, fomentando una generación de individuos creativos y resilientes.

¿Qué es la Psicología Positiva?

La psicología positiva hace hincapié en la importancia del bienestar y el florecimiento humano. Sus conceptos fundamentales encajan a la perfección con el trabajo de los artistas educadores: 

-Mentalidad de crecimiento. Acuñado por la psicóloga Carol Dweck, este término significa que las personas que creen que sus capacidades pueden mejorar son más propensas a perseverar a través de los desafíos. Un estudio realizado en 2018 por Dweck y sus colegas reveló que los estudiantes con una mentalidad de crecimiento, incluso en comunidades desfavorecidas, tenían muchas más probabilidades de tener éxito académico.

-Fluir. Según el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, "fluir" connota un estado de inmersión profunda. Cuando los alumnos experimentan el flujo en las artes, pierden la noción del tiempo, experimentan alegría y desarrollan una sensación de logro. Un estudio sobre el aprendizaje basado en las artes en escuelas de bajos ingresos descubrió que los estudiantes inmersos en proyectos creativos mostraban una mayor confianza en sí mismos, regulación emocional y persistencia, todos ellos elementos clave de los estados de flujo. Los artistas educadores pueden ayudar a los alumnos a encontrar su camino hacia los estados de flujo estructurando experiencias artísticas que equilibren los niveles de destreza existentes con nuevos retos.

-Teoría de la autodeterminación (TAD). Los psicólogos Edward Deci y Richard Ryan plantearon tres necesidades humanas fundamentales: autonomía, competencia y relación. En las artes, cuando los estudiantes sienten que tienen el control sobre sus decisiones creativas (autonomía), ganan confianza en sus habilidades (competencia) y se sienten conectados con sus compañeros (relación), su motivación y compromiso se disparan.

La intersección de la psicología positiva y la educación artística se puso de relieve en un reciente simposio celebrado en la Universidad Tsinghua de Pekín (China), en el que los ponentes invitados, el Dr. Eric Booth y el profesor Peng Kaiping, destacaron que los artistas educadores desempeñan un papel fundamental en la activación de la creatividad y el bienestar emocional de los jóvenes. El Dr. Booth señaló que "los artistas educadores no se limitan a enseñar técnicas; encienden la chispa de la agencia creativa". Esto coincide con las investigaciones que demuestran que el proceso de creación, y no sólo el producto final, tiene un profundo impacto en el desarrollo de la identidad y la autoeficacia de los estudiantes. El profesor Peng subrayó que las artes sirven como lenguaje emocional, permitiendo a los jóvenes expresar lo que no pueden verbalizar. Su investigación pone de relieve cómo el compromiso creativo proporciona una salida para procesar las emociones y ayudar a los estudiantes a gestionar el estrés, el aislamiento y el trauma.

Para los artistas docentes de programas de impacto social, la psicología positiva ofrece herramientas prácticas para crear experiencias de aprendizaje transformadoras. La educación artística no consiste simplemente en producir arte, sino en moldear la forma en que los jóvenes se relacionan con el mundo.

Considere los programas artísticos en comunidades marginadas, donde los estudiantes luchan contra la adversidad y carecen de acceso a sistemas de apoyo emocional. Los artistas docentes pueden utilizar estrategias basadas en la psicología positiva para ayudar a estos estudiantes a desarrollar la perseverancia y la resiliencia (a través de la mentalidad de crecimiento); mejorar la concentración y la regulación emocional (a través de experiencias de flujo); y ganar confianza y habilidades de liderazgo (a través de la teoría de la autodeterminación).

Ejemplos prácticos

He aquí algunos ejemplos de actividades prácticas que los artistas docentes pueden utilizar para reforzar este tipo de crecimiento.

  1. El ritual de celebración "1-2-3": aceptar los errores con alegría

Se trata de una forma sencilla pero eficaz de ayudar a los alumnos a superar el miedo al fracaso. Los alumnos forman parejas y se turnan para contar en bucle: El alumno A dice "1"; el alumno B dice "2"; el alumno A dice "3", y así sucesivamente. Al final, alguien comete un error: vacila, dice el número equivocado o se queda atascado. En lugar de sentirse avergonzados, ambos compañeros levantan las manos, se animan y se abrazan antes de volver a empezar. De este modo, los errores dejan de ser momentos de vergüenza y se convierten en momentos de celebración, reforzando que el aprendizaje es un proceso en el que todos se apoyan mutuamente.

Para intensificar la participación, el juego puede subirse de nivel sustituyendo los números por palabras y gestos. Por ejemplo, en una clase de teatro, los alumnos pueden decir "Feliz" (sonrisa + manos levantadas), "Triste" (mala cara + manos en el corazón) o "Emocionado" (salto + puño en alto). En una clase de música, pueden ser letras clave de una canción significativa. Esta modificación convierte un simple juego en una experiencia de aprendizaje atractiva y corporal que fomenta la mentalidad de crecimiento y la fluidez.

  1. El Proyecto de Autonomía Creativa: Explorar las emociones a través de la narración

Un poderoso ejemplo de ello es el programa de educación teatral El ruiseñor y el emperadoradaptado del cuento de Hans Christian Andersen. Tras debatir sobre la emoción "ira", se invitó a los alumnos a desarrollar sus propias escenas que representaran momentos en los que el emperador estaba enfadado con sus ministros, su familia o sus amigos. Se les animó a preguntarse: ¿Por qué se siente así el emperador? ¿Cómo reaccionan los demás personajes ante sus emociones?

A través de este proceso, los alumnos no sólo exploraron la narración creativa, sino que también profundizaron en su inteligencia emocional, profundizando en las razones que subyacen a las emociones humanas. En el ámbito de la música, este concepto podría traducirse en la composición de melodías que reflejen distintas emociones; en el de las artes visuales, los alumnos podrían pintar o dibujar los momentos emotivos de una historia.

Conclusión y llamada a la acción

La integración de la psicología positiva en la enseñanza artística representa una oportunidad apasionante para profundizar en el compromiso y el bienestar a través de la educación artística: nuestros alumnos no sólo pueden aprender a sobresalir artísticamente, sino también desarrollar habilidades vitales cruciales. Mi esperanza es que, en todo el mundo, quienes se dedican a la educación artística aprovechen esta oportunidad. Específicamente:

-que los artistas docentes reflexionen sobre cómo incorporar a su práctica la mentalidad de crecimiento, el flujo y la teoría de la autodeterminación; 

-que las organizaciones artísticas inviertan en un desarrollo profesional que dote a los artistas educadores de las herramientas de la psicología positiva; y

-que los responsables políticos apoyen iniciativas de educación artística que hagan hincapié en el aprendizaje socioemocional y el bienestar.

Si adoptamos estos principios, podremos garantizar que la educación artística no se limite a la creatividad, sino que también tenga que ver con el florecimiento y el empoderamiento humanos. Nuestro futuro pasa por reconocer el poder de las artes como vehículo de transformación e impacto social.

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