Aprender enseñando con los Firebirds de AIM

 
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Aprender enseñando con los Firebirds de AIM

Pablo Millanes, Especialista en AIM y Estrategia; Director de Relaciones Externas y Marketing, Escuela Superior de Música Reina Sofía, Madrid, España

10-02-2024

Los ensayos se convierten en una oportunidad pedagógica para la práctica orquestal. Foto: Iván González.

El pasado mes de julio, el calor del verano portugués y el mar de Lisboa como telón de fondo dieron la bienvenida a un variopinto grupo de profesores y jóvenes músicos de programas musicales de acción social de más de diez países. Entre acentos variados y miradas curiosas, se hizo palpable una energía compartida: la emoción de los encuentros cara a cara entre personas que sólo habían podido interactuar virtualmente durante sus cuatro meses de preparación. También se palpaba el entusiasmo compartido de personas que hacen lo que más les gusta: enseñar y hacer música juntos.

Así comenzó la Residencia AIM (Academy for Impact Through Music), el evento fundamental para la beca AIM 2024/25. Lectores de El Ensemble ya estén familiarizados con AIM y su beca Firebird. Pero quizá no conozcan la Residencia, uno de los aspectos más singulares del programa. Este encuentro de dos semanas, que se celebra cada agosto desde hace tres años, sirve de plataforma de lanzamiento para la transformación que experimentarán los Firebirds (nombre que reciben los participantes en la beca) durante los 12 meses siguientes.

Para los que nos dedicamos a la educación musical, es habitual encontrar espacios en los que o bien enseñamos o bien actuamos. La Residencia ofrece la rara combinación de enseñanza y actuación, con el objetivo común de tener un profundo impacto en la forma en que enseñamos en nuestras propias comunidades. Los Firebirds están aquí para enseñar, para aprender unos de otros y para poner en práctica lo que han estudiado durante las sesiones virtuales previas. Sobre todo, profundizan en los Fundamentos y Destinos de AIM: Desarrollo Holístico, Motivación Intrínseca, Agencia, Arte y Comunidad.. Estos principios guían todos los aspectos de la residencia, proporcionando un marco claro para que los Firebirds comprendan los propósitos de su enseñanza y su música.

Aprender enseñando

Los profesores de música suelen trabajar aislados unos de otros, sin la oportunidad de compartir su práctica. Aunque parece obvio que la práctica guiada y la retroalimentación nos hacen mejores profesores, es una realidad que, en el mundo de la música, no siempre se manifiesta. La residencia fomenta un entorno de confianza en el que la observación mutua de la enseñanza de los demás se convierte en la norma y no en la excepción. Los Firebirds aprenden a enseñar mejor mientras enseñan.

En el proceso, experimentan con su arte, trabajando a través de repertorios desafiantes, momentos de improvisación y formatos de conjuntos pequeños que amplifican tanto la visión de los profesores como las voces de los alumnos, que siempre se sitúan en el centro del proceso de aprendizaje. Este enfoque crea momentos musicales extraordinarios y fomenta un progreso artístico que, de otro modo, sería imposible lograr en sólo dos semanas.

La Residencia es el catalizador que impulsa a los Firebirds hacia el año siguiente con energía renovada y una perspectiva clara de los puntos fuertes de su enseñanza y sus áreas de mejora. También se convierte en la piedra angular de una comunidad de aprendizaje que comienza en esas semanas pero perdura durante años. Las experiencias compartidas (y, ¿por qué no?, las frustraciones compartidas y los momentos de triunfo) crean profundas conexiones personales que unen a la cohorte para lo que venga.

Los talleres crean lazos y comunidad entre los Firebirds. Foto: Iván González.

A esta mezcla dinámica se añaden otros dos grupos distintivos. El primero es una selección de antiguos alumnos que regresan a la Residencia no sólo como participantes en algunas sesiones, sino también como mentores de la nueva cohorte, enriqueciendo el aprendizaje del nuevo grupo con sus ideas y consejos prácticos. El segundo grupo es el Círculo de Líderes, una constelación de líderes de programas que, durante estos días, pueden reflexionar sobre su papel en la educación para el impacto social. A través de una serie de talleres que se celebran paralelamente a la formación de los Firebirds, los líderes de los programas debaten cómo los principios de AIM, como los Destinos, pueden integrarse en sus propios programas. Estas sesiones crean una red de apoyo global que permite a los líderes compartir sus éxitos y retos.

Quinta do Mocho: Un espacio para el intercambio cultural

Los metales de Firebirds resuenan en el centro comunitario de Quinta do Mocho. Foto: Iván González.

Uno de los momentos más destacados de la residencia de este año fue nuestra colaboración con la comunidad de Quinta do Mocho, un vibrante barrio lisboeta con dificultades económicas pero conocido por su arte callejero y sus conexiones culturales. Los Firebirds, junto con jóvenes artistas de la residencia, se sumergieron en esta comunidad, compartiendo su música y aprendiendo historias y tradiciones locales. A lo largo de esos días se celebraron una serie de talleres de creación conjunta en los que participaron jóvenes artistas, Firebirds y jóvenes de diversos grupos artísticos de la comunidad. Juntos, diseñaron una fantástica representación -tomando ellos mismos todas las decisiones, desde el repertorio y la producción hasta los discursos y los mensajes- que sirvió de colofón a la Residencia. Desde mi punto de vista como observadora, fue una verdadera demostración de lo que la motivación intrínseca, combinada con una comunidad centrada, puede conseguir.

En nuestro ecosistema de "música para el impacto social", ¿qué tiene de especial la Residencia AIM?

En las últimas décadas hemos asistido a un florecimiento de oportunidades nacionales e internacionales para que los programas se unan: conferencias, conciertos conjuntos, campamentos y talleres. Esto ha ampliado nuestras relaciones e interconexiones profesionales, y hemos avanzado mucho en el intercambio de conocimientos y experiencias.

Sin embargo, a menudo no se presta mucha atención a esta cuestión: ¿Cómo repercute directamente en los resultados de los alumnos el desarrollo profesional de los profesores como educadores?

Se trata de una curiosa desconexión, porque la pregunta es crucial. Es la pregunta central de AIM, sus Firebirds y su Residency. El enfoque central es el desarrollo de los profesores como educadores holísticos, de manera que puedan utilizar sus programas en casa para influir directamente en los resultados de los estudiantes. Este énfasis es la investigación particular que AIM aporta al laboratorio mundial que es nuestro campo de la música para el impacto social.

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