Tesoros en un informe de la UNESCO

 
El Ensemble busca conectar e informar a todas las personas que están comprometidas con la educación musical de conjunto para el empoderamiento de los jóvenes y el cambio social.

Tesoros en un informe de la UNESCO

Yutaka Kikugawa, fundador y director ejecutivo de El Sistema Japón

06-02-2021

El autor con miembros de la orquesta tras el Festival de Música Infantil de Soma, marzo de 2019. Foto Mariko Tagashira.

Hace un cuarto de siglo obtuve mi maestría en estudios de política educativa en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres (ahora University College London). Ese mismo año, la UNESCO publicó un informe fundamental llamado Aprendizaje: El tesoro interior (el Informe Delors) fue publicado por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), donde comencé mi carrera en las Naciones Unidas dos años después. Este es uno de los muchos textos que han tenido un gran impacto en mi vida; siempre es una fuente de inspiración cuando se trata de educación y aprendizaje. Aunque el Informe ha sido influyente entre los educadores, he llegado a reconocer que no es muy conocido en el ámbito de la educación musical, y mucho menos en el mundo del arte y la música en general.

En vista del egoísmo político, el desorden social y la disparidad económica que desgraciadamente, pero comúnmente, observamos en todo el mundo en 2021, me gustaría recordarles la importancia y la relevancia de este marco político educativo de 25 años.

El Informe afirma que la educación en el siglo XXI debe entenderse de acuerdo con cuatro importantes pilares: (1) "Aprender a conocer"; (2) "Aprender a hacer"; (3) "Aprender a vivir juntos"; y (4) "Aprender a ser". Estoy seguro de que muchos de ustedes pueden estar de acuerdo conmigo en que los programas inspirados en el Sistema y otros programas de música para el cambio social en todo el mundo están profundamente imbuidos de estos principios clave. Todos queremos que nuestros hijos aprendan no sólo a cantar una canción o a tocar un instrumento, sino también a cantar y tocar juntos con otros miembros del coro y la orquesta, a experimentar la alegría de la música y a compartirla con un público. En general, queremos que desarrollen sus propios talentos y competencias y que se conviertan en ciudadanos valiosos en sus sociedades.

La belleza del Informe Delors es su perspectiva. A finales del siglo XX, sus redactores preveían con pasión que nuestro futuro sería más global (de la primera parte del Informe: "1. De la comunidad local a la sociedad global"), más democrático ("2. De la cohesión social a la participación democrática") y más centrado en el ser humano ("3. Del crecimiento económico al desarrollo humano"). Una vez más, cuento con mis colegas en nuestro campo para respaldar el espíritu de estas altas aspiraciones. Seguro que queremos que nuestros hijos sean miembros activos de una sociedad global y democrática y que hagan avanzar a la humanidad a través de la música, ¿no es así?

Con la pandemia del COVID-19, puede parecer que nuestros retos son demasiado gigantescos para superarlos. Es realmente doloroso darse cuenta de que muchas personas en todo el mundo siguen gobernadas por mentalidades parroquiales, autoritarias y materialistas, muy alejadas de los ideales presentados por el Informe Delors.

Sin embargo, el Informe nos exhorta a seguir adelante con lo que llama la "noble tarea" de la educación: "...A menudo, sin darse cuenta, el mundo tiene un anhelo, a menudo inexpresado, de un ideal y de unos valores que denominaremos "morales". Es, pues, la noble tarea de la educación animar a todos y cada uno, actuando de acuerdo con sus tradiciones y convicciones y respetando plenamente el pluralismo, a elevar sus mentes y espíritus al plano de lo universal y, en cierta medida, a trascenderse a sí mismos." Evidentemente, esto es lo que el maestro Abreu nos recuerda: la importancia del aspecto espiritual de la educación musical.

Me gustaría que pensaran en ustedes como educadores, además de como educadores musicales. Y les propongo que la educación -su trabajo- es el factor crítico para alcanzar los objetivos establecidos en el Informe Delors. Ustedes son una parte indispensable de un movimiento humanista global. Puede llevar mucho tiempo, pero hay muchas razones para creer que si podemos inspirar a todos los educadores para que pongan un énfasis renovado en las dimensiones morales y culturales de la educación, estamos en camino de lograr un mundo humano, justo y pacífico.

Editorial