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Tricia Tunstall

03-01-2018

Muchos nos sabemos de memoria esta cita de la charla TED televisada de José Antonio Abreu en 2009: "Orquesta y coro son mucho más que estructuras artísticas; son escuelas de vida social, porque tocar y cantar juntos significa convivir íntimamente hacia la perfección y la excelencia."

Esa última frase fue tan sorprendentemente bella que cambió mi vida -como puede haber cambiado la tuya, si tú, como yo, nunca habías considerado que la convivencia íntima podía canalizarse HACIA algo... y que ese algo podía ser el arte.

El problema de este momento Eureka es que, en la práctica, es muy difícil conseguir que una orquesta de estudiantes se parezca o actúe como una coexistencia íntima y pacífica hacia la perfección. Nos consideramos afortunados si podemos evitar que se produzcan peleas de arcos entre los segundos violines. Cuando las notas son difíciles, la música es desconocida y es casi la hora de la cena, el ensayo puede parecer menos una escuela de vida social que un recreo supervisado.

Y sin embargo. Los que hemos tenido la suerte de observar las orquestas del Sistema Latinoamericano sabemos que a menudo, de hecho, parecen escuelas de éxito para la vida social. Parejas de niños en los atriles turnándose con el único instrumento disponible... niños mayores tutelando a los más jóvenes; niños pequeños balanceándose como sus mentores... ¿Cómo es posible que las estructuras de cooperación se consigan más fácilmente en esas culturas que en la nuestra? Quizás sea porque en las culturas latinoamericanas "la orquesta" sigue siendo sinónimo de privilegio, por lo que es más probable que se valore que en nuestra cultura, donde los niños tienden a pensar en las orquestas como algo anticuado y no como iconos de prestigio.

Aquí hay algo más que dijo el maestro Abreu en esa charla TED: "Las orquestas resultan ser los espacios creativos de la cultura, los espacios de los intercambios y los nuevos significados". Esta cita es menos conocida para nosotros, pero quizás más relevante. Si nuestros estudiantes pueden experimentar sus orquestas como los espacios creativos de su cultura, donde se exploran y comparten nuevos significados, estarán muy motivados para intentar la convivencia hacia la excelencia en esos espacios. Muchos programas del Sistema de EE.UU. y Canadá ya están experimentando en esta dirección, realizando cambios en el repertorio, el proceso de ensayo y la interpretación para dar a los niños un mayor sentido de la creación de significados. Avanzar en esta dirección no es "no-Sistema". Ya lo ha dicho el maestro.

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