"Música para Respirar 24/7": Los músicos bolivianos se movilizan durante la crisis pandémica

 
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"Música para Respirar 24/7": Los músicos bolivianos se movilizan durante la crisis pandémica

Sergio Escalera, pianista; cofundador de la Sociedad Boliviana de Música de Cámara; ex alumno del Programa de Líderes Mundiales

02-03-2021

Mientras termino la conferencia de Zoom, que ya dura una hora, y me siento inmóvil en el banco de mi piano, sé que la imagen de mi última audiencia se cernirá sobre mis recuerdos musicales más preciados durante mucho tiempo. Se trata de una familia afincada en Cataluña que recientemente ha perdido a uno de sus hijos a causa del COVID-19. Ahora, en cuarentena en su casa debido a las estrictas medidas locales para luchar contra la pandemia, se convirtieron en mis oyentes mientras tocaba para ellos parte de la música favorita de su hijo fallecido: un concierto en línea de recuerdo.

La Sociedad Boliviana de Música de Cámara concibió este tipo de conciertos en línea, que se ofrecen a personas enfermas, afligidas o aisladas, así como a numerosos trabajadores sanitarios, ancianos, huérfanos y otras personas directamente afectadas por el COVID-19. Bajo el nombre de "Música para Respirar 24/7", nació con el telón de fondo de la crisis del COVID-19, que comenzó a golpear con fuerza a Bolivia durante los meses de junio y julio de 2020. Durante toda una semana de agosto, se realizaron miniconciertos a través de videollamadas de WhatsApp durante todo el día y de forma gratuita para todo aquel que se pusiera en contacto con nosotros a través de nuestras redes sociales.

Bruno Lourensetto actuando para un anciano aislado en su casa.

El objetivo de esta instalación virtual ha sido proporcionar momentos de alivio a los que sufren, y hacerlo a través de la música interpretada por músicos bolivianos residentes en Bolivia y en el extranjero.

En los últimos cinco meses, se han sucedido otras cuatro sesiones semanales de "Música para Respirar 24/7", y miles de personas se han beneficiado de estos conciertos individuales vía WhatsApp. Al principio, quizá lo más llamativo de la iniciativa era la inmediatez de su entrega: para recibir un concierto, una persona enviaba su nombre y número de teléfono a nuestras cuentas de Facebook o Instagram, y en 30 minutos recibía una llamada de WhatsApp de un músico que le ofrecía un concierto en directo.

La idea es sencilla, pero nunca se había hecho con un nivel tan alto de disponibilidad (una persona puede solicitar un concierto en cualquier momento del día o de la noche) y de musicalidad; la lista ha incluido a docenas de músicos de instituciones como la Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo, la Metropolitan Opera, la Royal Academy of Music y otras.

Sergio Escalera actuando para pacientes en un centro de rehabilitación en Puerto Rico.

Los comentarios conmovedores recibidos de todos los oyentes son los que han hecho que la iniciativa siga adelante. Con el paso de los meses, se añadieron más músicos a la lista inicial, se llegó a más personas en países distintos de Bolivia y se consiguieron mayores audiencias al pasar los conciertos a Zoom y otras plataformas. Así, los conciertos en línea llegaron a hospitales, residencias de ancianos, orfanatos, conventos, claustros religiosos, torres de control de aeropuertos y una serie de lugares no convencionales de todo el mundo en los que había personas enfermas o aisladas debido a la COVID-19.

Aunque la iniciativa ha atraído a grandes audiencias y a la atención de los medios de comunicación de todo el mundo -los conciertos en línea habían llegado a más de 45 países en diciembre de 2020-, su esencia sigue estando en sus intentos de base para influir positivamente en la población de Bolivia.

Con uno de los PIB per cápita más bajos de los países de la región, y sufriendo todavía su historia colonial de malversación, Bolivia fue el único país de la región que suspendió el año escolar 2020 debido a la pandemia. Su ministro de Sanidad ha sido sustituido no menos de cuatro veces desde el inicio de la pandemia. Estos hechos pueden arrojar algo de luz sobre la complejidad de la sociedad boliviana y la lucha constante del sector artístico en un país que lucha por la igualdad de acceso a derechos básicos como el agua potable, la educación y la integración social.

Quizás "Música para Respirar 24/7" sea un galvanizador imprevisto, al servicio de dos valores primordiales de los que hemos sido privados en Bolivia: la sensibilidad humana y la educación. A lo largo de los últimos meses, nuestro equipo de músicos ha aprendido a interactuar con personas "desconocidas", la mayoría de las cuales sufrían la propia enfermedad o el miedo que genera en tiempos tan inciertos.

Una paciente de COVID-19 recibiendo su concierto en medio de la noche.

Gracias a nuestra gran variedad de oyentes, estamos aprendiendo que, a pesar de las limitaciones de la creación musical a través de los canales digitales, la música tiene un potencial innato de curación y revitalización. Muchos de los conciertos virtuales terminaron con lágrimas en los ojos de nuestros oyentes: lágrimas de dolor y desesperación, pero también de alivio y consuelo tras la experiencia del concierto individual. Esta intimidad fue nueva para todos, tanto para los oyentes como para los músicos. El sentimiento palpable de la angustia de un paciente, expresado en forma de descarga emocional, palabras sinceras de agradecimiento y escucha empática, es una experiencia sin precedentes para todos los músicos que participaron en este proyecto.

La creación de "Música para Respirar 24/7" ha sido sólo un paso en el largo y arduo proceso de democratización del acceso a la música clásica y a la educación musical en Bolivia. Los obstáculos a este proceso siguen siendo muchos: la mala conexión a Internet en muchos lugares, la desigualdad de oportunidades, el mundo de la navegación en línea y la comunicación de masas, que cambia rápidamente. Sin embargo, somos firmes en nuestros planes para 2021: tenemos la intención de desarrollar asociaciones con entidades públicas, como hospitales y organismos gubernamentales, para promover el papel de la música en la salud pública y el bienestar. En Bolivia, este cambio de paradigma requerirá un enorme esfuerzo colectivo. Como institución pionera, la Sociedad Boliviana de Música de Cámara hace un llamado a la acción a todas las instituciones musicales relevantes, pidiéndoles que unan esfuerzos para reinventar nuestros métodos y plataformas, tanto físicas como digitales, durante esta crisis. Para impulsar plenamente nuestro arte, un oyente a la vez podría no ser suficiente.

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