Iluminando el verdadero progreso de todos los estudiantes

 
El Ensemble busca conectar e informar a todas las personas que están comprometidas con la educación musical de conjunto para el empoderamiento de los jóvenes y el cambio social.

Iluminando el verdadero progreso de todos los estudiantes

Reynaldo Ramírez, director de programa, Soundscapes, Newport News,VA

06-01-2019

Como movimiento del Sistema, los dos objetivos principales a los que aspiramos son el crecimiento musical y el crecimiento social. A menudo utilizamos alguna iteración del lema "cambio social a través de la música". Sin embargo, a menudo es difícil mostrar datos que lo respalden. Los programas inspirados en El Sistema tienden a hacer un seguimiento más fácil de la información relativa al crecimiento musical. Lo consiguen mediante pruebas de interpretación, jurados y conciertos.

En 2014, Soundscapes trabajó con el Dr. David Dirlam para crear una herramienta de evaluación que pusiera de manifiesto el progreso (o la falta de él) en todas las áreas en las que Soundscapes aspira a tener un efecto. El resultado es una rúbrica de desarrollo que identifica las siguientes nueve dimensiones de importancia en el plan de estudios general de Soundscapes. Tiendo a pensar en estas dimensiones como una "visión a 35.000 pies" de las áreas en las que creemos que los estudiantes que participan en Soundscapes mejorarán.

  • Comportamiento (social)
  • Cuidado de los instrumentos (social/musical)
  • Habilidades auditivas (musicales)
  • Lectura musical (musical)
  • Técnica física (musical)
  • Producción de sonido (musical)
  • Hábitos de práctica (social)
  • Conjunto (social)
  • Relación con la audiencia (social)

Hay cuatro dimensiones sociales y cuatro musicales, así como una dimensión (cuidado del instrumento) que se clasifica como social y musical. Cada dimensión se desglosa en cinco marcadores de habilidad: principiante, fundamental, intermedio, avanzado e inspirador/profesional. El personal de Soundscapes (administrativo, musical y de comportamiento) elaboró las definiciones de cada marcador. La rúbrica terminada tiene 45 niveles diferentes que un estudiante puede alcanzar.

Cuando nuestros profesores empezaron a evaluar a los alumnos, a menudo ignoraban las definiciones de los marcadores y clasificaban a los alumnos según su capacidad en comparación con los demás de la clase. La idea de calificar "en una curva" estaba tan arraigada que era un hábito difícil de romper, a pesar de las repetidas exhortaciones a calificar en base a las definiciones. Después de años de calificar en una curva, los resultados parecían estancados. Independientemente del tiempo que un estudiante permaneciera en el programa, los mejores estudiantes recibían una calificación de 3 (intermedio) o superior, el estudiante medio recibía un 2 (fundamental) y los estudiantes con menor rendimiento recibían un 1 (principiante). Sobre el papel, había muy poco crecimiento.

El problema era la antigua costumbre de los profesores de calificar según una curva. Nuestra gran pista para entender esto fue notar que, incluso en las primeras etapas, algunos estudiantes recibían calificaciones de nivel intermedio a profesional. Este escenario, por supuesto, era muy improbable. Sabíamos que nuestros alumnos estaban mejorando... pero ¿dónde estaban las pruebas?

En el otoño de 2018, comencé un proceso deliberado para capacitar a todos los profesores sobre cómo calificar adecuadamente a los estudiantes. Comenzamos las sesiones de formación considerando a los estudiantes que todos conocíamos y calificándolos individualmente. Luego discutimos nuestros resultados entre nosotros y tuvimos que justificar por qué calificamos a cada estudiante de la manera en que lo hicimos. Al principio, los profesores se vieron obligados a "calificar en una curva" en lugar de prestar atención a cada alumno.

Tras varias sesiones de formación como ésta, el personal empezó a llegar a un consenso sobre lo que significaba cada definición y cómo identificarla. Empezaron a centrarse en el progreso de cada alumno, no en relación con los demás, sino sólo en relación con las definiciones de la rúbrica. Los resultados fueron sorprendentes. Utilizando las verdaderas calificaciones de desarrollo, observamos cómo ha crecido cada estudiante a lo largo del ciclo de vida del programa. En el gráfico de arriba:

Las líneas azules "Social 1 y Musical 1" representan una clasificación de principiante. El 50% de los alumnos son considerados principiantes en su primera calificación; en la undécima calificación, ningún alumno lo es.

Las líneas rojas "Social 2 y Musical 2" representan una calificación de "fundamental". El otro 50% de los alumnos recibe esa calificación al principio; en la undécima calificación, casi ninguno.

Las líneas verdes "Social 3 y Musical 3" representan una calificación intermedia. Ningún alumno recibe esa calificación al principio. Al llegar a la undécima calificación, el 92% la recibe.

Resulta especialmente emocionante la estrecha relación entre el progreso musical y el social, a lo largo de este periodo. Nuestro descubrimiento más emocionante es que podemos demostrar que el cambio social puede producirse a través de la música. Los alumnos progresan en las dimensiones social y musical al mismo ritmo, lo que indica que el crecimiento social está ligado al crecimiento musical. SÍ! Estamos cumpliendo nuestra misión!

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