Modelos globales de enseñanza artística: Ideas para la reflexión

 
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Modelos globales de enseñanza artística: Ideas para la reflexión

Nancy J. Uscher, Doctora, Decana de la Facultad de Bellas Artes y Profesora de Música, Universidad de Nevada, Las Vegas

05-05-2021

Jazz Band Hugues Leroy, dirigida por la Escuela de Música Pierre Leroy-Dessaix-Baptiste de Haití (John M Cahill).

Nota de los editores: ¿Se han permitido alguna vez usted y sus colegas el lujo de imaginar un evento o concierto para la construcción de la comunidad mucho más ambicioso que todo lo que han hecho antes? Si es así, ¿no habrían agradecido la ayuda de asesores que pudieran aportar perspectivas más amplias desde los campos de las ciencias sociales, la educación y la política cívica?

El Programa de Líderes Globales (GLP) es una organización internacional sin ánimo de lucro con sede en Washington, DC, que aspira a proporcionar exactamente este tipo de apoyo a los programas de todo el mundo que persiguen objetivos de impacto social de la música. El siguiente artículo es el tercero de una serie de artículos escritos por miembros de su cohorte de 2021. Los tres artículos describen cómo los actuales miembros de la cohorte han estado trabajando con programas musicales orientados al impacto social para imaginar y diseñar eventos comunitarios más grandes, más amplios y más impactantes.Esperamos que esta serie les permita hacer sus propios experimentos y les inspire a pensar en eventos más amplios para sus propios programas.

Es probable que las carreras de los artistas sufran una transformación considerable en las próximas décadas, ya que los formados en disciplinas artísticas inventan cada vez más sus propios caminos para el futuro. A medida que las artes amplíen su misión para incluir el impacto social, los artistas no solo prosperarán en nuevos contextos, sino que la sociedad también podrá reposicionarse para construir perspectivas más ricas en torno al valor de las artes y los artistas en el mundo.

Estos puntos son iluminados por el trabajo creativo de los músicos que participan en la cohorte 2021 del Programa de Líderes Globales. Este artículo examinará tres escenarios imaginados que encarnan el intercambio intencionado de experiencias musicales por parte de los artistas docentes.

Estudiantes de ROCmusic en un ensayo.

Estas experiencias imaginadas, en las que el valor social se entrega a través de la música, fueron concebidas para llevarse a cabo en Haití(BLUME Haití Teaching Artistry y el Concierto Comunitario de Verano de Haití: UNITY); en Panamá (Festival Alegría: Día de la Canción Panameña / Alegria Festival: Day of Panamanian Song); y en Rochester, Nueva York (Celebración del décimo aniversario de ROCmusic). Para que quede claro, estas actividades inventadas aún no se han llevado a cabo, aunque potencialmente podrían suceder, ya que los tres programas existen realmente, y la narrativa de cada proyecto imaginado que se describe aquí se ha dotado del programa para el que se creó.

Cada proyecto demuestra una oportunidad bien pensada -un evento o festival artístico- que crea conexiones significativas con las comunidades. Esto es lo que tienen en común los tres proyectos propuestos.

Investigación: En cada caso, el equipo o el autor del proyecto realizó una investigación preliminar bien diseñada mediante una entrevista con al menos uno de los artistas docentes del programa. Este aspecto del trabajo tiene importantes implicaciones, ya que la investigación es una parte fundamental de la vida profesional de un artista.

Comprensión de la cultura y sus comunidades: En los tres casos, había un conocimiento de la cultura en la que se iba a desarrollar el evento. Esta sabiduría artística fue fundamental para la preparación del proyecto propuesto.

Conocer a una comunidad donde está, con un elemento de familiaridad, y luego añadir valor a la experiencia: En cada una de las propuestas, el hipotético acontecimiento se ajustaba a la comunidad existente y se basaba en el orgullo que ésta sentía por su patrimonio. También hubo un esfuerzo uniforme por incluir a nuevos miembros de la comunidad -aquellos que no eran asiduos a los conciertos- para que experimentaran el evento clave.

En el proyecto BLUME Haití propuesto, el Concierto Comunitario de Verano de Haití se realizaría durante el Instituto Orquestal de Haití (HOI), utilizando un lugar conocido, el Palais Sans Souci. El respeto a la cultura se transmitiría mediante la vestimenta del concierto con los colores de la bandera haitiana: rojo, azul y blanco. En el caso del proyecto panameño, la celebración se inició con un festival de música educativa al aire libre de medio día de duración, en el que se animó a la comunidad de la ciudad de Panamá a unirse a los festejos. Los músicos llevaban la ropa tradicional panameña y/o una camiseta con los colores nacionales (también rojo, blanco o azul). En el proyecto ROCmusic, habría un programa de actividades que duraría todo el día y que culminaría con el evento final. Destacaría la inclusión de las nuevas culturas étnicas inmigrantes de Puerto Rico y África Occidental.

En cada proyecto, los objetivos centrales del artista docente incluían la interactividad, los objetivos experienciales y la participación del público, una filosofía central para el artista docente. La participación del público y la creación de una experiencia acogedora fueron el núcleo de cada uno de estos esfuerzos. En los tres proyectos se recurrió a una amplia gama de música: repertorio clásico y de otro tipo, basado en las culturas folclóricas y étnicas locales y/o nacionales, así como en la música improvisada. Cada equipo o autor empleó enfoques inventivos en la creación de estos eventos/festivales. En el caso de BLUME Haití, se presentaron tres grupos de música de cámara, cada uno de ellos seleccionado de una parte diferente de Haití y ofreciendo una pieza centrada en una faceta diferente de los ritmos y la cultura haitianos, combinada con la lectura de historias, poesía o cuentos populares. Incluso los asientos de los tres grupos estaban diseñados intencionadamente. Otro ejemplo de BLUME Haití fue la experiencia del tambor vudú haitiano, en la que los miembros del público se involucraron a través de los cinco ritmos de danza y de las palmas que se escuchaban del tambor tanbou.

Seccional improvisada de ROCmusic.

En los proyectos de Panamá y Rochester, la interactividad comenzó con los eventos previos al concierto. En Panamá, los lugares previos al concierto se concibieron como dos estaciones experienciales, el círculo de tambores y el zoológico de instrumentos, con líderes estudiantiles que facilitaban la experiencia a los participantes. El repertorio hacía hincapié en los temas de las canciones panameñas y destacaba la diversidad de la población panameña, con ricas influencias caribeñas, africanas y españolas/indígenas. Para Rochester, hubo todo un día de talleres participativos (baile de La Bomba de Puerto Rico, percusión de África Occidental, improvisación, dirección, carreras, cocina y artesanía popular) antes del concierto culminante. Los talleres también incluyeron la creación de platos de comida étnica y artesanía (utilizados como premios de entrada) para la fiesta posterior al concierto. Además, la parte más consolidada de la historia institucional de la música de Rochester (la Escuela de Música Eastman) se integró con las tradiciones de los grupos de inmigrantes más recientes. Las tres obras del concierto, dos piezas encargadas por estudiantes de ROCmusic y de Eastman y una obra improvisada dirigida por cinco estudiantes de ROCmusic que habían asistido al taller de dirección ese mismo día, demostraron esta inclusión cultural.

Los temas generales ayudaron a definir los objetivos de los actos de celebración creados para Haití, Panamá y Rochester. Hasta cierto punto, cada proyecto se vio iluminado por la narración, y los temas seleccionados transmitieron este aspecto de la premisa de cohesión. Para el proyecto de Haití, la palabra UNIDAD conllevaba el valor de reunirse como una sola comunidad haitiana, descrita como "un concierto comunitario que tiende un puente entre géneros, geografías y orígenes sociales y religiosos a través de una exploración musical de la identidad haitiana multidimensional". Para Panamá, fue una "Celebración de la música panameña", y para Rochester fue el reconocimiento del 10º aniversario de ROCmusic: "Celebrando una década de la colaboración de ROCmusic: Experimentos en el sonido".

En cada caso se prestó especial atención a la creación de los puntos de entrada adecuados para atraer a los participantes. En el caso del concierto de Haití, el punto de entrada fue Haití Chérie, de Othello Bayard de Cayes, una canción patriótica que todo el mundo conocía. Se animaría al público a cantar con la orquesta y el coro. En el caso de Panamá, el debate previo al concierto y el repertorio familiar seleccionado se vincularon al punto de entrada. Después de las actividades preliminares (círculo de tambores y zoo de instrumentos), habría un debate guiado, en el que se pediría a los miembros del público que establecieran conexiones emocionales y narrativas con la música presentada. A lo largo de la presentación del concierto, el público participaría activamente en la creación musical con canciones, percusión corporal o danza. En el caso de ROCmusic, tras una jornada de talleres participativos, al comienzo del acto final se preguntaba a los niños del público sobre los talleres a los que habían asistido durante el día, antes del concierto.

Una última reflexión: Hace poco recordé la cita de Sun Tzu de El arte de la guerra: "Las oportunidades se multiplican a medida que se aprovechan". Desde mi punto de vista, este proyecto trata de eliminar las barreras a una profunda reserva de ideas que pueden despertar la imaginación. La esperanza es que los modelos incluidos en los proyectos presentados aquí puedan inspirar a otros a "aprovechar las oportunidades" para lograr un impacto social a través de encuentros musicales distintivos, participativos e innovadores.

Programa de Líderes Globales, mayo de 2021, Nancy J. Uscher, Universidad de Nevada

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