Editorial: Mayo 2020

 
El Ensemble busca conectar e informar a todas las personas que están comprometidas con la educación musical de conjunto para el empoderamiento de los jóvenes y el cambio social.

Editorial: Mayo 2020

José Luis Hernández, fundador/director, Sistema Tulsa, OK

05-05-2020

Vivimos un momento de ansiedad sin precedentes. Los que conocemos y enseñamos las artes musicales como medio de expresión hemos estado ocupados tratando de convocar los poderes curativos de la música. Sabemos instintivamente que la música es el lugar al que debemos acudir e invitar a la gente a entrar, para ser calmados y reconfortados. Es una de nuestras prácticas espirituales. Leonard Bernstein escribió sobre esto en otro momento en el que nuestra nación estaba de luto, tras el asesinato del presidente Kennedy en 1963: "Debemos hacer música con más devoción, con más intensidad que nunca", dijo. Esta vez es diferente. El contexto en el que debemos hacer música ha cambiado. Nos hemos visto obligados a afrontar el hecho de que nuestra actividad de curación debe llevarse a cabo en Internet. 

Hace poco escuché a la afamada teóloga Cynthia Rigby hablar sobre cómo la presencia plena y física de nosotros mismos es esencial para el sentimiento de plenitud en las experiencias religiosas. Esto ha resonado en mí al tratar de dar sentido a la enorme tarea de conectarse a través de la música de manera fácil y auténtica en un mundo plagado de COVID-19. Los seres humanos no estamos preparados para soportar niveles inusuales de separación. La tarea de crear una comunidad musical matizada en un entorno en línea puede resultar extraña.

No pretendo socavar nuestros esfuerzos por enseñar o interpretar música virtualmente; esta forma de comunicación está aquí para quedarse. Sabemos que ha habido momentos de profunda conexión y comprensión en nuestras lecciones por Internet inspiradas en El Sistema. No hemos intentado ofrecer una experiencia o un producto perfectos. Por el contrario, estamos siendo creativos e ingeniosos, conectando y haciendo que nuestros estudiantes se sientan reconocidos e inspirados para cantar y tocar su música en casa. 

El Dr. José Antonio Abreu, padre de El Sistema, hablaba a menudo de la necesidad de hacer que la gente se sintiera incluida, diciendo que nuestra misión no es sólo enseñar música, sino también aprender a convivir con un espíritu de esperanza y solidaridad hacia los demás. Cuanto más pienso en esto, más sé, en el fondo, que necesitamos absolutamente estar juntos haciendo música de nuevo. Respirar en el tiempo y tocar codo con codo son alegrías que quizá hemos dado por sentadas durante demasiado tiempo. Así que, cuando podamos volver y estar realmente juntos en la música, recordemos tocar con más sentimiento y gratitud por el regalo de poder presentar la plenitud de nosotros mismos a los demás.

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