La música se hizo en la selva

 
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La música se hizo en la selva

Raquel Maldonado, Directora de la Escuela de Música San Ignacio y Directora del Ensamble Moxos

03-04-2020

Violinista

En un pequeño pueblo de la selva amazónica boliviana se encuentra un programa musical que ha cambiado la fisonomía social, cultural y artística de la región: La Escuela de Música de San Ignacio de Moxos. La escuela comenzó sin mucha previsión. Una monja de la orden de las Ursulinas de Jesús, viendo la oportunidad de transmitir el legado musical de las misiones jesuitas, abrió la escuela en 1996 para fomentar el aprendizaje musical entre sus adolescentes. A pesar de sus modestas aspiraciones, la escuela creció hasta convertirse en algo más impactante de lo que ella podría haber esperado.

La espiritualidad de los indígenas moxos -cuya población fue reducida en los siglos XVII y XVIII por la Compañía de Jesús- se manifiesta en toda su producción artística. Se podría decir que los moxos cantan y bailan para celebrar a las vírgenes y a los santos; sus manifestaciones musicales se sustentan en la espiritualidad, y viceversa. La Escuela de Música de San Ignacio recoge este legado, ofreciendo una educación musical gratuita a la población mayoritariamente indígena moxa, una oportunidad única para los jóvenes. Cada año, la escuela acoge a más de 300 niños y jóvenes para aprender diversas disciplinas instrumentales. Estos alumnos no sólo reciben el acceso a una profesión históricamente reservada a las élites económicas y sociales, sino también la oportunidad de recuperar su identidad, su cultura y la memoria de sus antepasados a través de la música. Y gracias a la creación de la organización no gubernamental Taupadak, la escuela cuenta con infraestructura y equipamiento propios desde 2005, lo que permite a los alumnos aprender en condiciones dignas.

La escuela comenzó sin recursos, por lo que su propia iniciativa empresarial ha jugado un papel importante en el presupuesto. Gran parte de los ingresos y la notoriedad de la escuela provienen del Ensamble Moxos, un grupo especializado en música patrimonial y formado por profesores y alumnos de la Escuela de Música de San Ignacio de Moxos. El Ensamble ha mostrado su música en más de 20 países de América Latina, Europa y África; gracias a las ventas de discos y a las giras internacionales (también independientes), Ensamble Moxos ha seguido ayudando al funcionamiento de la escuela. También ha habido iniciativas que no tienen nada que ver con la música, como la venta de huevos de la granja de pollos, la venta de vino y whisky, y la venta de tejas y arena para proyectos de construcción comunitaria que también sirven a la escuela. Como en todos los movimientos empresariales, toda la comunidad educativa se ha implicado: directores, administradores, profesores, alumnos y familias.

Los más de 20 años transcurridos desde la creación de la escuela han servido de ejemplo de superación y supervivencia sin apoyo oficial, pero este largo camino alcanzó una de sus principales metas en 2016 cuando recibió el doble reconocimiento del Ministerio de Educación de Bolivia como instituto de formación profesional. Esto permite a la escuela ofrecer formalmente títulos de estudios superiores. También dio lugar a una financiación gubernamental que se destina al pago de los salarios de los profesores; hasta que esto ocurrió, toda la financiación de la escuela era autogestionada. El acuerdo económico ha servido de catalizador para otros proyectos que normalmente se verían obligados a esperar la financiación antes de empezar.

El papel de la escuela en la comunidad va más allá del orgullo que sienten los alumnos por jugar; cada año los cabezas de familia intentan ganarse un puesto de trabajo para asegurar a sus hijos una plaza en esta escuela. En muchos casos, ésta es su única oportunidad de convertirse en profesionales. En la actualidad, la Escuela de Música de San Ignacio de Moxos cuenta con numerosas agrupaciones: cuatro coros infantiles, un coro de adolescentes, una orquesta infantil y un conjunto de flautas dulces. Aunque la educación que allí se imparte es universal, sigue celebrando el orgulloso legado de la música tradicional de la región. Para los alumnos de hoy, la música no es sólo una oportunidad de recuperar su cultura, sino también una herramienta para una vida sana.