Aprendizaje clave desde el terreno: Confíe y capacite a su comunidad

 
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Aprendizaje clave desde el terreno: Confíe y capacite a su comunidad

Jason Steinberg, fundador del Proyecto Internacional de Deporte y Música

01-07-2020

En el verano del 2014, llegué a una isla de la selva tropical llamada Pohnpei, en Micronesia (un país de la región de Oceanía) para enseñar inglés en un instituto. Cuando la escuela carecía de recursos para que los alumnos pudieran explorar sus pasiones por la música y el baloncesto, los estudiantes y yo empezamos a buscar soluciones. Esta iniciativa se convirtió en el Proyecto Internacional de Deporte y Música (ISMP), una organización que utiliza el deporte y la música como poderosas herramientas para la salud mental.

Desde entonces, ISMP ha recorrido un largo camino. Nos hemos constituido como organización sin ánimo de lucro 501(c)(3), nos hemos trasladado a una oficina en Brooklyn y hemos puesto en marcha programas deportivos y musicales en otros lugares, como varios campos de refugiados sirios en Grecia, un refugio para adolescentes sin hogar en Nueva York y dos refugios para niños en Ruanda. Cada uno de nuestros programas está hecho a medida para responder a los intereses y pasiones específicos de las personas de cada comunidad. Por ello, nuestros programas abarcan desde el ballet tradicional de los guerreros hasta clínicas de baloncesto o sesiones de guitarra.

Niños en refugios en Kigali, Ruanda.

Nuestros programas en Ruanda nos han ayudado a aprender muchas lecciones importantes sobre cómo crear asociaciones significativas con los líderes sobre el terreno y, al hacerlo, cómo mantener programas sostenibles y con impacto. La lección clave que hemos aprendido es la siguiente: la manera de crear el mayor impacto en una comunidad es empoderar a los líderes de esa comunidad para que se apropien del programa.

En los primeros días del ISMP, dedicamos mucho tiempo a elaborar nuestros distintos programas de clases para poder pasar los recursos didácticos a nuestros socios sobre el terreno en diferentes lugares. Preparamos recursos como "Cómo impartir una clase de guitarra", junto con instrucciones sobre la lectura de tablaturas, el aprendizaje de nuevos acordes y la interpretación en grupo. Lo que descubrimos, sin embargo, es que a pesar de todo el tiempo que pasamos elaborando estos recursos, los profesores sobre el terreno no utilizaban mucho de lo que les proporcionábamos. Esto no se debía a la falta de compromiso con el programa, sino simplemente a que las personas que elaboraban el plan de estudios de guitarra no estaban familiarizadas con Ruanda, la música de Ruanda o los intereses específicos de los niños del refugio. Por lo tanto, los creadores del plan de estudios hicieron suposiciones que no coincidían con la realidad en el aula. Por ejemplo, el plan de estudios no decía nada sobre ritmos de batería para acompañar las clases de guitarra, a pesar de que la batería es una pieza fundamental de la música ruandesa y la música que los niños querían tocar. Además, muchos de los ejemplos del plan de estudios giraban en torno a la música pop/rock estadounidense, que se basa en principios diferentes a los de gran parte de la música que se practica en Ruanda. A nivel musical, estas eran diferencias clave que los creadores del plan de estudios no podían conocer.

También hubo diferencias en el estilo de enseñanza. Los profesores de música que contratamos en Ruanda, algunos de los cuales eran antiguos residentes de los albergues donde ahora trabajan, son músicos y educadores de primera categoría. Un profesor de danza, por ejemplo, forma parte del equipo nacional de danza. Estos profesores tenían su propia visión de cómo impartir una clase, una que se ajustaba a su experiencia, su gusto musical, su comunidad y su estilo personal. Pronto aprendimos que las mejores versiones de sus clases son aquellas en las que pueden ser ellos mismos y utilizar todo lo que saben, en lugar de intentar encajar en el plan de otra persona.

A través de estas experiencias, aprendimos que elaborar y difundir planes de lecciones y recursos específicos no era necesariamente la mejor manera de apoyar a nuestros socios que impartían clases sobre el terreno en diversas comunidades. Lo que aprendimos es que la mejor manera de crear programas musicales significativos es hacer las preguntas adecuadas a los líderes de una comunidad. ¿Cuál es su formación musical? ¿Cuál es la música más popular en su comunidad? ¿Qué tipo de música les interesa a los niños? ¿Tienen ya los niños alguna experiencia musical? ¿Qué instrumentos o bailes crees que son más fáciles de enseñar a los niños sin experiencia musical? ¿Qué recursos necesitarías para hacerlo realidad? Una vez contestadas estas preguntas, nuestro objetivo es contratar a los mejores profesores que podamos encontrar y apoyarlos con lo que nos digan que necesitan.

Esto no quiere decir que crear recursos y orientar a los profesores de nuestros programas sea algo malo. Lo importante es que proporcionemos los recursos y la orientación que puedan ser más útiles, los recursos que ellos nos digan que necesitan. Nuestros programas son tan impactantes como nuestros profesores estén preparados/motivados. Dada la naturaleza internacional del ISMP, hemos comprobado que tener programas de tipo "cookie-cutter" que difundimos cerca y lejos no es la mejor manera de garantizar que nuestros profesores estén preparados. La mejor manera de hacerlo es escuchar y confiar en los líderes de la comunidad. Cuando hacemos preguntas, escuchamos atentamente y nos comprometemos a apoyar a los profesores, dedicamos menos tiempo a tareas sin importancia y nuestros programas son más impactantes y sostenibles.

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