Del editor

 
El Ensemble busca conectar e informar a todas las personas que están comprometidas con la educación musical de conjunto para el empoderamiento de los jóvenes y el cambio social.

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Tricia Tunstall

12-01-2018

Últimamente he estado pensando en la naturaleza problemática de la relación entre el Sistema y la música pop. No me refiero a la cuestión del género. Soy fan de muchos artistas pop actuales y de mucha música pop. Y creo que es absolutamente esencial que los programas del Sistema adopten arreglos de conjunto de la música pop que es significativa para nuestros niños. Así que no se trata de "clásica" contra "pop". Más bien, se trata del espíritu de colaboración en el corazón del Sistema frente al culto a la celebridad individual que domina la cultura pop.

La cultura de aprendizaje de los programas inspirados en el Sistema tiene que ver con el poder y la alegría de hacer música en grupo. Durante las 8 a 14 horas semanales que nuestros alumnos están con nosotros, habitan un mundo que celebra los muchos tipos de belleza de la colaboración musical. Pero cuando ellos -y nosotros- salimos de ese mundo, entramos en una cultura mediática con una banda sonora pop omnipresente saturada del sonido de Rihanna o Lil Wayne, Bruno Mars o Taylor Swift, Marshmello o Nicki Minaj o Khalid.

Se trata de artistas poderosos; lo que me preocupa desde el punto de vista del Sistema es que los niños tienden a percibir a todos ellos como famosos solistas. Aunque la realidad es que en todos los temas de música pop hay colaboración, con productores, escritores y artistas que a menudo se asocian, a menudo no se percibe en el producto final. No hay muchos "conjuntos de famosos" en el radar de nuestros hijos.

Creo que esto es más cierto ahora que nunca. Por supuesto, ha habido estrellas individuales del pop desde que existe la música pop. Pero su protagonismo solía estar equilibrado por muchos grupos y bandas muy queridos. Cuando íbamos a sus conciertos, veíamos a los colaboradores trabajando juntos en el escenario. Cuando nuestros alumnos ven YouTube, la mayoría de las veces ven al "artista": una sola persona, a menudo retratada a través de un único personaje exagerado.

No podemos cambiar lo que nuestros alumnos encuentran y absorben en nuestra cultura obsesionada con las celebridades. Pero podemos hablar con ellos sobre la riqueza particular de la creación de música de conjunto. Y lo que es más importante, podemos "ser la cosa", mostrando con el ejemplo que es posible amar a Rihanna y también amar la satisfacción, la emoción y la camaradería que fluye al tocar música juntos.

Editorial
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