EDITORIAL: Two Ways to Start (and Continue) Playing

 
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EDITORIAL: Two Ways to Start (and Continue) Playing

12-30-2017

Here are two scenarios used in recent child development research. A four-year-old child is handed an unfamiliar toy and invited to play with it. The child is delighted to discover it squeaks when squeezed, and keeps trying different things with it, playing with it to find all the different things it can do. Another four-year-old is handed the same toy with the guidance, “Here’s how this toy works; give it a squeeze like this and it squeaks.” The child takes the toy and squeezes it, happy with the experience, repeating it, but not trying anything else with the toy.

Can you feel the implications of that finding for Sistema programs? Students, especially young ones, are extremely sensitive to pedagogical intent, and follow instruction even when it is only subtle or implicit. If you hand a child an invitation into music that is delivered with a pedagogical directive, the child will follow your intent and probably enjoy it—in a limited way, with an extrinsically motivated relationship to the instrument. If you hand a child an invitation into music and allow discovery and play and experimentation, you get a different relationship to music, and you get an intrinsically invested explorer.

Follow the implications of those two approaches that were the basis of a particular study, and the wider research suggests it is probably true that the first child will learn to play that instrument more quickly. Since you have to get an early jumpstart to achieve at the highest levels with orchestral instruments, the controlled-focus approach is important to give kids a chance for success in the classical music world. No wonder that pattern is so dominant in music education. However, there are two serious costs to this dominant pattern: resilience and motivation.

1. Going back to the experiment with the four-year-olds, the researchers find that kids who are allowed to explore and play in the discovery stage of learning develop more resilience as learners. This is crucial when they encounter difficulties and when they encounter new challenges – which is only all the time in long-term skills development. Many readers are probably noting how consistent these findings are with the research on fixed vs. growth mindsets. The more open entry into an area of learning encourages a growth mindset, and the instructional entry into learning encourages a fixed mindset. The WolfBrown-Longy research on U.S. Sistema programs found that they are succeeding in developing growth mindsets in their students.

2. And motivation. I have said a thousand times that “El Sistema is in the intrinsic motivation business” – we can fully succeed in our high ambitions for social change through music only if our learners are driven by personal curiosity and passion. If students are compliant or even dutiful in following instruction, we may end up with well-behaved musicians and good orchestras, but we don’t get life-transformative results. There are deep bodies of research about practices that enhance the development of intrinsic motivation, and practices that discourage it. Traditional music education does not align with these motivational priorities, and Sistema programs must. The implications of the squeaky toy research matter if we are going to nurture sufficient interest and passion to influence the trajectory of a child’s life. When we introduce musical instruments to children, it’s the pedagogical intent with which we introduce them that matters most, and ultimately determines whether we succeed in the global Sistema experiment or not.

The research and its implications come from Alison Gopnik’s new book The Gardener and the Carpenter: What the New Science of Child Development Tells Us About the Relationship Between Parents and Children. The book describes two different approaches to child-rearing, encapsulated by two analogies: raising a child in a systematic “parenting” way that prioritizes achievement (using the analogy of carpentry) vs. raising a child in a discovered formative way that responds to organic and unpredictable elements (the analogy of gardening). Traditional music education is profoundly carpenter-minded, and can proudly boast the highest level of musicianship among its serious students in history as a result. Sistema-inspired music education requires a healthy balance of gardening to achieve its primary goal of persona and social change. That is the great experiment of our field. And Gopnik’s book is illuminating and inspiring reading to support our experimentation in the hundreds of Sistema gardens around the world.

Author: Eric Booth, Publisher

Date Published: 31 December 2017


EDITORIAL: Dos formas de empezar a tocar (y seguir tocando)

Aquí hay dos situaciones hipotéticas utilizadas en una investigación reciente del desarrollo infantil. A un niño/a de cuatro años se le da un juguete desconocido y se le invita a jugar con el. El niño/a está encantado al descubrir que chirría cuando uno lo aprieta, y sigue intentando varias cosas con l el juguete, jugando con él para encontrar todas las cosas diferentes que hace. A otro niño/a de cuatro años se le da el mismo juguete con la instrucción, “Así funciona el juguete; aprietalo así, y va a chirriar.” El niño/a toma el juguete y lo aprieta, feliz con la experiencia, repitiendola, pero sin intentar hacer algo más con el juguete.

¿Puedes notar las conclusiones de este hallazgo para los programas de El Sistema? Los estudiantes, especialmente los más jóvenes, son extremadamente sensibles a la intención pedagógica, y siguen las instrucciones también cuando son sutiles o implícitas. Si le das a un estudiante una invitación a la música, comunicada con una directriz pedagógica, él seguirá tu intención y probablemente la disfrutará—de una forma limitada, con una relación con el instrumento la cual será extrínsecamente motivada. Si das a un segundo niño/a una invitación a la música y permites el descubrimiento y el juego y la experimentación, tendrás ahí una relación diferente con la música, y tendrás a un explorador intrínsecamente comprometido.

Sigue las inferencias de estas dos estrategias las cuales fueron la base de un estudio específico, y la investigación más amplia implica que es probable que el primer estudiante aprenderá a tocar su instrumento más rápidamente. Como un temprano arranque es necesario para poder alcanzar los niveles más altos en los instrumentos orquestales, la estrategia de enfoque controlado es importante para dar a los niños una oportunidad de tener éxito en el mundo de música clásica. Con razón este patrón es tan dominante en la educación musical. Sin embargo, hay dos costos graves en este patrón dominante: la resiliencia y la motivación.

  1. Volviendo al experimento con los niños de cuatro años, los investigadores encuentran que los niños a los cuales se les permite explorar y jugar durante la fase de descubrimiento en el aprendizaje desarrollan más resiliencia como aprendices. Eso es crucial cuando se encuentran con dificultades y nuevos retos — el cual sucede todo el tiempo en el desarrollo de habilidades a largo plazo. Muchos lectores probablemente están notando como estos hallazgos se asemejan a la investigación sobre la mentalidad fija vs. la mentalidad de crecimiento. Una entrada más abierta en el aprendizaje estimula una mentalidad de crecimiento, y una entrada instructiva en el aprendizaje estimula una mentalidad fija. El estudio de WolfBrown-Longy sobre los programas de El Sistema de los EEUU encontró que están logrando desarrollar la mentalidad de crecimiento en sus estudiantes.
  2. Y la motivación. He dicho mil veces que “El Sistema está en el negocio de la motivación intrínseca” — podemos lograr nuestras altas ambiciones para el cambio social a través de la música sólo si nuestros aprendices se motivan por la curiosidad y la pasión. Si los estudiantes son obedientes o diligentes en seguir las instrucciones, podemos llegar a tener músicos bien educados y buenas orquestas, pero no transformaremos vidas. Hay cúmulos profundos de investigaciones sobre las prácticas que posibilitan el desarrollo de la motivación intrínseca, y las prácticas que lo dificultan. La educación musical tradicional no se alinea con estas prioridades motivacionales, pero los programas de El Sistema deben hacerlo. Las inferencias del estudio del juguete que chirría son importantes si vamos a promover suficiente interés y pasión para influir la trayectoria de la vida de un niño o una niña. Cuando presentamos los instrumentos musicales a los niños, es la intención pedagógica con la cual los presentamos la que importa más, y la que finalmente determina si el experimento global de El Sistema será exitoso o no.

La investigación y sus inferencias vienen del nuevo libro de Alison Gopnik, El jardinero y el carpintero: Lo que nos dice la nueva ciencia del desarrollo infantil sobre la relación entre padres e hijos. El libro describe dos estrategias diferentes en la crianza, sintetizadas por dos analogías: criar de una manera sistemática que prioriza los logros (la analogía de carpintería) vs. criar de una manera descubierta y formativa que reacciona a los elementos orgánicos e impredecibles (la analogía de la jardinería). La educación musical tradicional está profundamente en la mentalidad de carpintería, y como resultado puede alardear de tener estudiantes con el nivel más alto de habilidades musicales en la historia. La educación musical inspirada por El Sistema requiere una dosis sana de jardinería para lograr su meta principal de cambio social y transformación personal. Eso es el gran experimento de nuestro campo. Y el libro de Gopnik es una lectura reveladora e inspiradora que apoya nuestra experimentación en los cientos de jardines de El Sistema por el mundo.

Autor: Eric Booth

Fecha: 31 December 2017